La defensa que ideó Svetislav Pesic para romper la racha de cinco derrotas consecutivas en Fontajau dejó en blanco al MMT Estudiantes y condujo al equipo catalán a la final de la Copa FIBA, a la que se presentará como claro candidato al triunfo.

Si la contundencia con la que el DKV Joventut ganó el título el pasado año se achacaba en parte a la debilidad de las competiciones nacionales de sus contrincantes (Rusia y Ucrania) esta vez fue un conjunto ACB el que caía por 31 puntos de diferencia (89-58), aunque lo hiciera a manos de otro cuadro español.

La consigna con la que el Akasvayu salió a la pista fue la de recuperar la fortaleza que había exhibido hasta hace poco, para lo que Svetislav Pesic puso al quinteto más capacitado para adaptarse a esta mentalidad, con Víctor Sada al frente.

Estudiantes, por su parte, siempre fue a remolque en el marcador, lo que hizo que la posible remontada diera lugar a la escapada de un equipo local que siempre tuvo las ideas más claras.

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